Creo que mediante la comprensión de la biología del tejido normal podríamos ayudar a entender cómo las cosas van mal en el cáncer con el fin de desarrollar nuevas terapias y nuevos tratamientos para esta condición que mató a casi 9 millones de personas en todo el mundo en 2017. La biología es fascinante y fundamental. Mis intereses de investigación surgen de mi deseo de entender cómo las células se comunican, interactúan y perciben los estímulos mecánicos para funcionar como máquinas y realizar complicadas funciones fisiológicas. Me encanta observar el mundo a nanoescala a través de un microscopio: es emocionante jugar con las células y observarlas moverse, dividirse, conectarse para formar un tejido, y luego, reaccionar y cambiar en respuesta a los estímulos externos. ¡Cada día es un descubrimiento! ¿Y qué podría ser más emocionante que esto?”