El Hongo Batrachochytrium dendrobatidis se ha convertido, según un reciente estudio, en el patógeno que más daño ha hecho a la biodiversidad en Latinoamérica desde comienzo de los años ochenta.
Según la Revista Science publicada la semana pasada, este sería la causa de por qué un gran porcentaje de anfibios esté descendiendo de forma alarmante en todo el mundo.
Según la reciente publicación, se trata de una enfermedad micótica que afecta la piel de ranas y sapos limitando su capacidad respiratoria, causando estragos entre las poblaciones de más de 500 especies de todo el mundo en los últimos 50 años. De ellas, 90 ya se han extinguido por esta causa.
El grupo de trabajo internacional que participó en esta investigación, entre los que destaca un estudiante de la FCB, Aldemar Acevedo del Laboratorio de Biología Evolutiva, afirma que este hongo está presente en alrededor de 60 países, especialmente en Sudamérica y Australia.
“El denominado Batrachochytrium dendrobatidis es originario de Asia, por ende no afecta a las especies de la zona ya que han generado resistencia natural. Este hongo que fue introducido por factor netamente humano (tráfico de especies), ha afectado en gran parte la biodiversidad de América del Sur, y un caso ejemplar se encuentra en nuestro país con la Ranita de Darwin”, nos cuenta Aldemar.
Cuando los anfibios se contagian con este hongo, no solo atacan la piel de estos sino que también impide la correcta regulación del agua generando un fallo cardiaco en los animales.
Este joven de 36 años edad oriundo de Colombia, manifiesta su gran preocupación y llama otros investigadores a unirse por la conservación de especies.
“El hongo está presente en la mayoría de ecosistema, desde el nivel del mar hasta zonas como el altiplano y nuestra zona (latinoamericana) es la más afectada ya que contamos con la mayor riqueza de especies de anfibios en el mundo. Quizás no lo notemos tanto en Chile porque tenemos una biodiversidad menor en anfibios (56) en comparación con otros paisespaíses. Pero por lo mismo, son especies con características únicas y muchas prácticamente endémicas que están en latente peligro de extinción”, finaliza Aldemar.
Este riguroso trabajo de más de 40 científicos de todo el mundo, arroja alarmantes cifras: de las quinientas especies afectadas, la cuarta parte ha perdido el 90% o más de sus poblaciones. Otras 90 especies directamente han desaparecido. “La letalidad del hongo es tal que algunas especies como el Sapo Dorado (Costa Rica), se extinguió tres años después de las primeras infecciones”.
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