La apuesta de la UC por la vacuna que ya han recibido 3,6 millones de personas en Chile
marzo 4, 2021
Este 3 de marzo se cumple un año del primer caso de COVID-19 en Chile. En esos días no se conocía con exactitud la gravedad de esta pandemia y la tragedia que se avecinaba, pese a que la propagación de la enfermedad ya se estaba extendiendo tanto en Europa como en Asia.
En febrero del año pasado ya se hablaba de algunos intentos de vacunas en el mundo, entre ellas el trabajo en la UC para desarrollar una, así como la de un grupo de investigadores chinos. Fueron estos últimos los que se contactaron con el profesor Alexis Kalergis y un grupo de investigadores de las facultades de Medicina y Ciencias Biológicas, con quienes ya tenían colaboraciones científicas anteriores, para trabajar en el desarrollo de la fase clínica en la que estaban empeñados.
El acercamiento inicial había ocurrido en un congreso internacional de inmunología en octubre 2019 en Beijing, ocasión en la que los profesores Susan Bueno, Pablo González y Alexis Kalergis fueron invitados a exponer sus resultados científicos en el desarrollo de vacunas contra virus respiratorios. Como parte de ese congreso científico y gracias a la gestión de Pro-Chile y la Embajada Chilena en Beijing, se hicieron los primeros contactos con Sinovac Biotech dirigidos a potenciar el desarrollo de las vacunas contra virus respiratorios en los que trabajaba la UC. Tras el inicio de la pandemia, la colaboración se enfocó primordialmente en el COVID-19.
“Nos daba mucha confianza esta solicitud del laboratorio Sinovac Biotech por su experiencia previa en el desarrollo de vacunas contra infecciones respiratorias y contra la hepatitis”, señala el rector Ignacio Sánchez.
Marzo, abril y mayo fueron meses de colaboración y trabajo conjunto, y el 25 de junio, a través del embajador de Chile en China, Luis Schmidt, y por medio de la plataforma Zoom, se concretó el primer acuerdo de cooperación con el laboratorio Sinovac Biotech.
Según cuenta el rector, este acuerdo tenía dos puntos relevantes: por una parte, la universidad participaría en el desarrollo de la fase clínica III con cerca de 2.300 voluntarios, y por otro lado, estaba el compromiso del suministro de un número significativo de dosis de la vacuna a Chile, apenas aprobada y por un periodo de tres años, a fin de asegurar las cantidades necesarias para la población.
“Nosotros veíamos que si la pandemia era tan grave como se veía venir, la presión por tener la vacuna iba a ser, quizás, uno de los puntos más críticos. Se podía tener los recursos, la voluntad de adquirirla, pero si no existía la posibilidad de tenerla, íbamos a estar en una ‘cola’ de países que querían comprarla y no iban a tener éxito”, sostiene el rector Sánchez.
La firma del acuerdo requería del financiamiento de US$ 6 millones para ejecutar el estudio, de este monto US$ 4 millones fueron aportados por el Estado de Chile y otros US$ 2 millones de dólares fueron financiados por parte de la Confederación del Comercio y de la Producción (CPC). Estos aportes permitieron impulsar el desarrollo del protocolo. Por su parte, la contraparte china del acuerdo ofrecía entre un 25% y un 30% de descuento si todo llegaba a buen puerto. Una apuesta muy acertada, sin duda, pero con los riesgos de muchas preguntas que aún estaban en el aire.
“Estábamos completamente convencidos de que la firma del convenio iba a ser un aporte muy importante al proceso de vacunación, tal como lo ha sido hasta ahora. Esta vacunación ha sido impecable, y se basa en un sistema de vacunación que Chile ha tenido desde hace mucho tiempo. Todos los años se vacunan cerca de 5 millones de personas contra la influenza, de manera que sabíamos que si se lograba tener un número de 20 millones de dosis, el proceso iba a ser exitoso, un ejemplo para Latinoamérica y el mundo”, explica el rector.
Todo esto, supeditado a que en Chile se autorizara el uso de la vacuna Coronavac, como sucedió el 20 de enero de este año, cuando se aprobó su uso en población desde los 18 años.
Por esta razón, cobra gran relevancia el estudio del Consorcio coordinado por la UC que empezó a entregar información semanal al ISP y al Minsal sobre la respuesta de las personas que se estaban vacunando en el país, ya que ha superado la información que ha entregado Brasil, Indonesia y Turquía, porque en estos países no se inoculó a muchos voluntarios mayores de 60 años, como es el caso del protocolo realizado en Chile.
Alexis Kalergis, académico que lidera el proyecto UC-Sinovac, del cual es parte el estudio científico-clínico fase III Coronavac03CL, afirma que el proceso va avanzando muy bien. Se ha conformado un equipo en la UC que incluye a académicos y académicas de las Facultades de Ciencias Biológicas, de Medicina y Química: las doctoras Susan Bueno y Katia Abarca, y los doctores Pablo González y José Vicente González. Además, participan numerosas investigadoras e investigadores básicos y clínicos de las Facultades de Ciencias Biológicas y Medicina, así como una serie de instituciones universitarias y hospitalarias en la Región Metropolitana y la Región de Valparaíso.
En el Estudio Clínico Coronavac03CL liderado por la UC, en el que participa el Consorcio Científico para Evaluar Vacunas COVID-19 y como parte del enrolamiento de personas voluntarias y la ejecución del estudio clínico fase III, también colaboran centros como el Hospital Clínico y la Clínica San Carlos de Apoquindo de la Red de Salud UC-Christus, el Hospital Félix Bulnes con la Universidad San Sebastián, el Hospital Sótero del Río, Clínica Los Andes y Clínica Alemana, así como el Hospital Gustavo Fricke y el Hospital Carlos Van Buren en la Región de Valparaíso.
“Las personas participantes en el estudio tendrán un seguimiento de un año después de recibir dos dosis de la vacuna. Este estudio es de gran importancia, porque permitirá confirmar seguridad, sumarnos a los análisis de eficacia, así como el poder conocer el tipo y duración de la inmunidad que induce la vacuna en personas de nuestro país. Los énfasis centrales del estudio serán sobre calidad de la vacuna, seguridad e inmunogenicidad”, asegura el académico de la Facultad de Ciencias Biológicas y director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia.
El estudio clínico fase III en Chile comenzó a fines de noviembre pasado y a la fecha se han reclutado más de 2.200 personas voluntarias quienes se han inmunizado, lo que demuestra el interés de un número importante de individuos que se inscribieron para participar voluntariamente, y que han sido enrolados durante el estudio. Para el primer trimestre del 2021, se espera contar con la totalidad de las personas voluntarias requeridas para el estudio ya enroladas, que serían finalmente cerca de 2.300. Este proceso ha tenido dos etapas: primero la vacunación de trabajadores de la salud y luego la población general. En la segunda etapa se está evaluando dos esquemas de vacunación y se está haciendo además un énfasis en el reclutamiento de personas mayores.
“Contamos a la fecha con resultados preliminares favorables de calidad y hemos realizado evaluaciones de seguridad en los sujetos vacunados e inducción de inmunidad, cuyos resultados han sido a la fecha muy alentadores. Es muy importante el estudio en Chile, dado que nos dará información de primera fuente sobre la seguridad de la vacuna y la inducción de inmunidad en nuestra población”, destaca Kalergis.
Como parte de este trabajo científico para aportar al control de la pandemia del COVID19, los investigadores se han enfocado de lleno en el trabajo en colaboración para el desarrollo de vacunas para el SARS-CoV-2. Entre la UC y SINOVAC se estableció un acuerdo de colaboración académico-científico, que busca el desarrollo recíproco de vacunas contra el SARS-CoV-2, a través de estudios científicos y clínicos.
Según explica el profesor Kalergis, este acuerdo dio lugar a algo muy importante, que fue la posibilidad de acceder de forma prioritaria y preferente a una cantidad de dosis de vacuna muy importante para su uso en Chile (una vez aprobabas por las agencias regulatorias respectivas) y que ha permitido implementar una exitosa y temprana campaña de vacunación en Chile. Este derecho que consiguió la UC fue transferido en un 100% al Estado de Chile por medio de un convenio entre la Universidad Católica y el Ministerio de Salud, que pone a disposición de este Ministerio esta opción. “Esto permitió que nuestro país pudiese asegurar un suministro temprano y prioritario de un número considerable de vacunas para los próximos meses, gracias al trabajo conjunto que nace de la ciencia académica desde la UC y la convicción de los Ministerios de Ciencia, Salud y Relaciones Exteriores de aprovechar la oportunidad que cristalizó a través de esta colaboración científica”, explica el investigador.
A la fecha, se han vacunado más de 3,6 millones de personas en Chile con la vacuna Coronavac de Sinovac y se espera la pronta inmunización de millones más.
Gestión de Prensa: Nota original de Ana María Bolumburu, Vicerrectoría de Comunicaciones