Su nombre científico es Chromis māmatapara, que significa “damisela amarilla”, en referencia a la coloración de su cuerpo. El hallazgo ha desconcertado a la comunidad científica ya que se cree que Chromis mamatapara sea endémico de esta región.
Su nombre común es la “castañeta de Michel”, en Honor a Michel García quien dio todo el apoyo logístico que significó en el hallazgo de esta especie al igual que otras 4 que ya han sido publicadas. Michel lamentablemente nos dejó hace un par de años atrás.
El profesor Alejandro Pérez-Matus quien es parte de este equipo de investigadores, nos comenta las razones de por qué es tan importante este hallazgo:
“Considerando que cada día amenazas como la contaminación por plásticos, la sobrepesca e impactos del calentamiento global aumentan consistentemente, generando impactos negativos en muestras el encontrar especies nuevas, es una muy buena noticia. Sin embargo, estos hallazgos son contraintuitivos porque nos demuestran lo poco que sabemos del mar y de sus arrecifes profundos. Sin conocer a las especies que hay más allá de los 20 m de profundidad no podremos proteger los arrecifes ni sus peces de forma sustentable y amigable. Necesitamos investigar más para conocer y conservar”.
Créditos fotografía: Profesor Alejandro Perez-Matus
Esta investigación comenzó en 2011, y continuó entre el 2014 y 2019, en donde se trabajó varias semanas en terreno. Utilizando buceo técnico científico, los buzos de California Academy of Science y la UC pudieron conocer arrecifes más profundos que solo habían sido caracterizados mediante el uso de robots submarinos que utiliza ESMOI, y otros grupos de trabajo como la National Geographic y OCEANA Chile.
Créditos fotografía: Expedición en Isla de Pascua
Para los autores, este hallazgo sorprendente evidencia lo poco que sabemos del océano, sobre todo de sus habitantes más diminutos, ya que es probable que aún haya muchas especies sin identificar. Al conocer más sobre la biodiversidad marina, es posible fortalecer una estrategia de conservación y entender las relaciones entre estos ecosistemas.
Los detalles del hallazgo aparecen en un artículo científico publicado en BioOneCopeia, revista científica especializada en la biología, conservación, ecología, genética, evolución y taxonomía de peces, anfibios y reptiles.