La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos es una institución privada sin fines de lucro y la principal organización que alberga a los científicos de ese país. En la actualidad cuenta con 2.834 científicos activos, de ellos, casi 500 extranjeros. En esta nueva elección, un chileno se suma a este grupo: el doctor Juan Carlos Sáez, director Alterno del Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencia de la Universidad de Valparaíso (Cinv) y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia U. Católica.
El investigador es uno de los 25 nuevos científicos extranjeros (dos latinoamericanos) recién elegidos por esta organización que asesora en materias de ciencia, ingeniería y políticas de salud al gobierno federal de EE.UU. y otras organizaciones.
Este tipo de distinción es un reconocimiento a la investigación que realizan los nuevos miembros, en el caso de Sáez la caracterización de la respuesta inflamatoria en general (neurodegeneración y distrofias musculares).
“Es un gran honor porque en este organismo están la mayor cantidad de publicaciones y aportes científicos a nivel global. Espero contribuir al desarrollo de Chile y especialmente de la Región de Valparaíso”, dijo Sáez.
Ramón Latorre, director del Cinv, se convirtió en 1999 en el primer chileno en ingresar a la Academia y fue él mismo, quien propuso el nombre de Sáez para su ingreso. Con él ya son siete los chilenos (tres de ellos del Cinv) los que pertenecen a la academia: Jorge Allende, Mary T. Kalin, Juan Carlos Castilla, Pablo Marquet, Francisco Bezanilla y Ramón Latorre.
“La Academia de Ciencias de EE.UU. tiene los más destacados científicos del planetay llegar ahí es extremadamente competitivo y difícil. Lo que representamos los tres científicos del Cinv que pertenecemos a la Academia es que el camino de investigación que estamos desarrollando en nuestro centro son de primer nivel; significa que el Cinv está atrayendo a los mejores investigadores del país”, señaló Latorre.
Sáez recuerda que tras la presentación que hizo Latorre, los miembros del comité de la academia le pidieron redactar una carta en la que resumiera su principal contribución a la ciencia: “Demostramos por primera vez que células de mamíferos, además de expresar canales intercelulares que comunican los espacios internos de célula en contacto, presentan hemicanales que comunican el espacio interno de las células con el espacio extracelular. En condiciones normales hay pocos hemicanales, pero en condiciones patológicas, especialmente relacionadas con respuestas inflamatorias, aumentan los hemicanales y se abren con más frecuencia que en condiciones nornales”. De esta forma, las células pierden mucho material útil para mantenerse viva e ingresa gran cantidad de elementos como el calcio y la célula no lo puede neutralizar, lo que activa vías que conducen a la muerte celular. “Si en un tejido mueren un porcentaje importante de células se producen mal funcionamiento o disfunción de órganos. Como pasa en el cerebro en la epilepsia,enfermedad de alzhéimer y en enfermedades musculares”, explicó Sáez.
Tras este descubrimiento, Sáez y su grupo aprendieron cómo evitar que los hemicanales se abran con lo que han demostrado que en enfermedades crónicas como las ya mencionadas, este cierre evita el deterioro de los órganos favoreciendo la vida. Todos estos aportes son los que hoy lo tienen en este selecto grupo de científicos.
En la actualidad, siguen investigando un nuevo mecanismo de comunicación entre las células (Proyecto regular Fondecyt), esta vez la comunicación entre el interior de dos células. “Descubrimos dos canales nuevos, no sabemos bien para que sirven, tenemos que estudiarlo. Es ciencia muy básica pero es fundamental conseguir los recursos para estudiar y poder entenderlo”.