Skip to content

Día del Pingüino: equipos en la Antártica estudian su salud, mapean colonias y analizan su susceptibilidad ante gripe aviar

abril 25, 2025


photo_camera Pingüino papua en nido en Antártica. Foto: Constanza Barrientos

Como cada año, el Día Mundial del Pingüino se conmemora un 25 de abril, fecha en la que se busca concienciar sobre la importancia de la conservación de estas especies ícono del continente antártico.

Así, en Chile, estudios cientificos se encuentran analizando los datos obtenidos en las recientes expediciones antárticas, las que promueven el trabajo colaborativo y la investigación polar para comprender y mitigar los riesgos asociados a las enfermedades aviares en la región.

Desde el Laboratorio Biodiversidad Molecular UC de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, liderado por la académica, Juliana Vianna, destacan a los pingüinos como modelos de estudio únicos debido a su papel crucial papel comprender sus adaptaciones al entorno en un contexto de cambio climático.

“Al igual que otras aves marinas, los pingüinos son bioindicadores clave de la salud de los océanos. Los pingüinos desempeñan un rol fundamental como ingenieros ecosistémicos, influyendo en la dinámica de su entorno y contribuyendo a la estabilidad de los hábitats marinos”, afirma la especialista en conservación biológica y bioinformática, Fabiola León.

La doctora en ciencias con mención en Zoología, junto a su equipo, se enfoca en la genómica de los pingüinos, analizando cómo sus genes responden a factores como cambios de temperatura, disponibilidad de hielo y variaciones en el alimento: “Este foco es particularmente relevante tanto para los pingüinos antárticos como para las especies más temperadas, como los pingüinos del género Spheniscus, incluidos los pingüinos de Humboldt, que viven en regiones donde las presiones antropogénicas, como la sobrepesca, la contaminación, y la pérdida de hábitats, están afectando gravemente su supervivencia”.

Pingüino barbijo. Foto: Constanza Barrientos

Vigilancia de gripe aviar

Resistencia o susceptibilidad de los pingüinos ante Influenza Aviar, que es estudiada desde un enfoque genómico por la científica Claudia Ulloa Contreras, especialista en manejo e investigación de fauna silvestre. Como parte de sus estudios de doctorado, la investigadora destaca el rol del “forrajeo” de pingüinos en la Antártica: “El estudio, en el cual estamos trabajando, contempla dos años de medición en puntos como isla Kopaitic -en cercanías a la base O’Higgins del Ejército de Chile- y en punta Armonía -en isla Nelson”.

Trabajo que también contempla una segunda línea de investigación, vinculada a la detección de influenza H5N1 en la Antártica. Cepa del virus de la influenza aviar altamente patógena (IAAP), específicamente del subtipo H5N1 de la rama 2.3.4.4b, que ha estado circulando globalmente en aves desde 2020-2021.

“Primero identificamos el virus y después identificamos qué genes -de esas poblaciones- están participando, o influyendo, en que estas aves sean más o menos resistentes a la infección por influenza. Por ejemplo, ahora tenemos estos nuevos registros de skuas y queremos saber por qué estas aves están siendo tan afectadas. La temporada anterior vimos pingüinos, pero no con tanta afectación como estas aves ¿Los pingüinos se han adaptado al virus? Ese tipo de preguntas estoy haciendo a través de la genética de poblaciones”.

Esto, luego de constatar los primeros registros de mortalidad de skuas por gripe aviar altamente patógena en la Antártica: a principios de 2025 equipos de investigación de la Universidad Católica de Chile, Instituto Milenio BASE, Instituto Milenio CRG e Instituto Antártico Chileno, revelaron niveles inusuales de mortalidad de las aves antárticas en su distribución más meridional – más allá del círculo polar antártico- producto del virus de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (H5N1) en la Antártica.

Foto: Constanza Barrientos

Drones para mapear pingüinos

Más al sur del país, desde Punta Arenas y Valdivia investigadores utilizan drones y rastreadores GPS para mapear colonias de pingüinos y monitorear el movimiento de las aves cuando se sumergen en el océano Austral. Es el caso de Lucas Krüger y Albert Palomino, quienes además de tomar muestras de sangre y realizar registro de medidas morfológicas, trabajan en el monitoreo de nidos utilizando drones.

Con más de diez campañas instalándose con campamentos en la Antártica, Lucas Krüger se especializa en el estudio de ecología de aves marinas durante su período de reproducción. Así, poder evaluar el efecto del cambio climático sobre los pingüinos, con énfasis en el pingüino barbijo (Pygoscelis antarcticus) ha sido parte de los objetivos del equipo, realizando estudios de parámetros como el éxito reproductivo, y el efecto de la topografía o los relieves sobre las colonias.

“Las colonias más resguardadas están respondiendo de una manera, mientras que colonias más expuestas, de otra forma distinta”, dice Albert Palomino, investigador de doctorado de la Universidad Austral de Chile.

El investigador del Laboratorio Biodiversidad Molecular UC e integrante del último campamento antártico en la zona, Eduardo Pizarro, sostiene que “a su vez, estamos realizando trabajos para la actualización de los tamaños poblacionales de distintas colonias de pygoscelidos, utilizando las fotos de drones para estimar los tamaños poblacionales”.

Al señalar las colonias de pygoscélidos en la Antártica, el especialista apunta a las agrupaciones de pingüinos del género Pygoscelis que se reproducen y viven en conjunto en áreas específicas del continente antártico y sus islas cercanas: “Estamos construyendo modelos de detección de objetos para realizar esta estimación con mayor precisión”.

Foto: Eduardo Pizarro

“Los pingüinos barbijo son muy especializados en alimentarse con kril antártico (Euphausia superba). Hemos empleado un conjunto de métodos que incluyen conteo local, conteo por imágenes por drones, rastreo de animales -para conocer cómo se mueven y cómo utilizan los distintos hábitats de la zona- y también el monitoreo de las condiciones locales para estudiar la topografía, vegetación y morfología del ambiente”, explica Lucas Krüger.

Por su parte, Fabiola León asevera que “entendiendo cada vez más cómo estas increíbles aves marinas son capaces de responder ante nuevas condiciones, podemos anticipar las amenazas derivadas del cambio climático, como el aumento de las temperaturas, la alteración de los patrones de hielo y la disminución de los recursos alimentarios”.

“Su bienestar refleja el estado general del ecosistema marino, lo que hace que su estudio nos proporcione información valiosa sobre los efectos del cambio climático y las actividades humanas en los océanos”, concluye.

Gestión de prensa: Instituto Milenio Base




Contenido relacionado