El mundo microscópico desde hace años se vincula con importantes concursos de índole artístico que se dedican a premiar muestras del fascinante mundo de la ciencia.
Tal es el caso de una de las competencias de microscopia más prestigiosas del mundo a la que postulan casi 2.500 científicos y artistas de 89 países, y que este año cumplió 44 años. Nos referimos al concurso Nikon Small World in Motion.
Nikon Small World in Motion premia y reconoce aquellos vídeos tomados desde un microscopio, los cuales son capaces de mostrarnos procesos ya sean biológicos o físicos, los cuales no sería posible ver a simple vista. Para esta edición, y debido a su éxito como concurso individual, los Nikon Small World in Motion 2018 premiaron a cinco primeros puestos y 21 menciones honoríficas.
Uno de los grupos participantes de esta versión pertenece a nuestra facultad y está conformado por Daniel Nuñez, Fernan Federici, Tamara Matute, Isaac Nuñez, Juan Keymer y Janneke Noorlag. Según nos comenta Fernan Federici, “enviamos un vídeo hace un tiempo de bacterias Paenibacillus que los estudiantes Tamara e Isaac, aislaron por accidente en sus placas y que hemos estado estudiando con Juan Keymer, Janneke Noorlag y Daniel Nuñez”.
La sorpresa fue mayor cuando por correo electrónico se les notifica que su grupo de trabajo ha sido reconocido con el video de Paenibacillus. “Quedamos en el top 20 de la competencia de microscopia Nikon Small World, obteniendo mención honorable”, agrega Fernán Federici.
El grupo de Fernan Federici ha sido reconocido en reiteradas oportunidades por este tipo de competencias, lo que les ha abierto las puertas para trabajar en innumerables proyectos con profesores/as de colegio, escritoras/es, diseñadoras/es, artistas plásticos, músicas/os, fotógrafos/as, arquitectos/as de todo el mundo. Algo que les gusta mucho y según ellos “enriquece el desarrollo de nuestro grupo”.
Un accidente brillante
Los estudiantes Tamara, Isaac y Daniel nunca imaginaron que por accidente lograrían mostrar algo tan fascinante, ya que originalmente estas bacterias que se muestran las encontraron como contaminación en sus cultivos.
“Esto sucedió cuando un grupo del laboratorio donde trabajábamos trajo muestras de tierra que contaminaron varias de nuestras placas. Al principio, pensamos que eran colonias normales de E.coli, pero luego nos sorprendimos al percatarnos que durante el día se habían desplazado una larga distancia a través del medio sólido (algo que las bacterias normalmente no hacen en estas condiciones)”, nos cuenta una entusiasmada Tamara Matute.
Dado su interesante movimiento y los patrones que empezaban a formar, empezaron a explorarlas mediante timelapses y secuenciándolas para su identificación. “Su información genética reveló que se trataba del género bacteriano paenibacillus, que se caracteriza por crecer formando patrones complejos mediante su capacidad de nado en grupo”, agrega Isaac Núñez.
Desde entonces, junto con Daniel Núñez (estudiante de pregrado en biología) y el Doc. Fernán Federici han estado recolectando y aislando bacterias de este tipo desde diferentes muestras de suelo, para lo cual crearon un protocolo de búsqueda y aislamiento, el cual se encuentra disponible libremente online.
Además, con las muestras obtenidas se ha colaborado con Janneke Noorlag y Juan Keymer de la Facultad de Ciencias Biológicas, principalmente en cuanto al desarrollo dispositivos de hardware abierto (open source) para su registro y el estudio de sus patrones de movimiento. También, dado su interés artístico, se está colaborando para proyectos de este tipo. ¡Revisa la mención honorable en el siguiente link!