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¿Por qué la comida nos da placer? Una incógnita que tiene orígenes evolutivos

diciembre 16, 2022


photo_camera Los humanos y otros animales desarrollaron la capacidad de sentir placer al comer como también la capacidad de vencer grandes obstáculos para asegurar la sobrevivencia; por CSIC

¿Te has preguntado por qué te cuesta comer sano? Podrías pensar que la respuesta es simplemente un asunto de voluntad pero en realidad es más complejo, y tiene sus raíces en millones de años de evolución humana.

A diferencia del ambiente actual donde tenemos un fácil acceso a alimentos, inclusive a veces solo haciendo un click desde nuestro celular, los humanos evolucionamos en un ambiente donde los alimentos eran escasos, y conseguirlos era todo un desafío. Por ejemplo, alimentarse requería escalar un árbol para obtener una manzana o cazar jabalíes por un pedazo de carne.

Y porque comer es fundamental para sobrevivir y reproducirse, en ese ambiente de escasez los humanos, y otros animales, desarrollamos la capacidad de sentir placer al comer. Así, el deseo de experimentar placer nos motiva a vencer grandes obstáculos para conseguir alimentos, asegurando nuestra sobrevivencia. Aún más: sentimos más placer al consumir alimentos que nos entregan más energía, prefiriendo entonces aquellos ricos en azúcares, y grasas cuando están disponibles. Entonces, si todo el tiempo estamos expuestos a alimentos altos en calorías y nuestro cerebro evolucionó para preferirlos… ¿cómo podemos elegir los alimentos bajos en calorías?

Esta y otras preguntas asociadas a la ingesta de alimentos han motivado la investigación del Dr. Claudio Pérez Leighton, bioquímico y académico en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde dirige el Laboratorio de Neurobiología Conductual y Obesidad (NBO).

¿Por qué me cuesta tanto comer sano?

Esta pregunta tiene muchos aspectos a evaluar, pero al final de todo, siempre hay una decisión en relación a los alimentos que elegimos comer. En el ambiente donde la mayoría de nosotros vive, siempre podemos escoger entre algo sabroso (que sabemos que no nos hará tan bien), y algo quizás no tan sabroso, pero mucho más saludable. Y se supone que, con mayor frecuencia, debiéramos elegir el alimento más saludable con el objetivo de mantener nuestra salud a largo plazo.

Sin embargo, el Dr. Perez-Leighton comenta que la evidencia de distintos estudios indica que no es una tarea fácil: “La dificultad de elegir alimentos saludables se refleja en que aproximadamente el 71% de la población chilena tiene sobrepeso u obesidad. Y sabemos que esto es principalmente debido al consumo en exceso de alimentos altos en calorías, ya que nosotros y otros mamíferos, tenemos una tendencia innata a preferir estos alimentos cuando están disponibles. Lo que interpretamos como una conducta que entrega una ventaja evolutiva en un ambiente de escasez y lo que para nada refleja nuestro ambiente actual”.

Créditos fotografías: Los humanos evolucionamos en un ambiente donde los alimentos eran escasos. Hoy hay fácil acceso a ellos a solo un click del celular; Getty Images.

A lo que añade: “este no solo nos ofrece alimentos no saludables (es cosa de ver las aplicaciones de internet), sino que además realizamos un estudio que indica que en Chile parece ser más caro comprar alimentos saludables comparado con alimentos menos saludables, algo que también se ha observado en otros países”.

¿Pero qué podemos hacer frente a esto?, ¿cómo podemos mejorar nuestras elecciones? Según el académico UC, parte de la solución pasa por entender que, si tenemos una tendencia innata a elegir los alimentos altos en calorías, entonces podemos tratar de controlar las opciones de alimentos que tenemos disponibles.

“Si tengo helado en mi casa, me llevo unas galletas de chocolate de colación, o paso siempre delante de un negocio que vende alimentos que me gustan, entonces estoy creando situaciones de conflicto de elección de alimentos, ya que mi tendencia innata va a ser preferir esos productos. Y si bien, no puedo controlar lo que el negocio vende, tengo más control sobre qué alimentos hay en mi casa, y por tanto tengo la opción de manejar el conflicto en la elección de alimentos”, señala.

Es precisamente este conflicto el que pretende estudiar el Dr. Pérez-Leighton. “Cuando se presenta la opción de elegir alimentos no saludables que nos dan un placer inmediato y concreto, contra elegir alimentos saludables que otorgan el beneficio a largo plazo de prevenir alteraciones de la salud, entramos en conflicto. La resolución no exitosa de este conflicto (elegir alimentos no saludables) aumenta la ingesta de calorías y la probabilidad de desarrollar alteraciones como sobrepeso y obesidad. Entonces, se hace fundamental comprender qué factores determinan la resolución de este conflicto al que nos enfrentamos día a día”, añade.

Según ha descrito el equipo involucrado, existen diversos factores como, por ejemplo, la edad, el estado de ánimo, o la calidad de sueño, que entran en juego a la hora de decidir y determinan la probabilidad de elegir el alimento saludable. Sin embargo, se desconoce cómo estos factores hacen que tengamos un mayor o menor conflicto e influencian qué alimento elegir. Esta interrogante es la que pretenden resolver en su último proyecto y de la cual tú también puedes participar sin ser científica o científico.

¿Te interesa contribuir a descubrirlo? ¡Entonces te invitamos a contestar la siguiente encuesta!



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