La OMS destaca publicaciones generadas en el marco del estudio científico-clínico fase 3 en adultos con la vacuna CoronaVac liderada por la UC
diciembre 15, 2021
Chile es uno de los primeros
países de Latinoamérica y el mundo que comenzó a vacunar a su población como
parte de una estrategia de protección frente a la pandemia de COVID-19. También
es de los pocos países que tras haber vacunado a la población con dos dosis de
la vacuna Coronavac del laboratorio Sinovac, decidió en aproximadamente seis
meses, la aplicación de dosis de refuerzo a la población.
El estudio científico-clínico fase 3 realizado en Chile en adultos con la vacuna CoronaVac, y liderada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha sido clave en la obtención de datos que evalúan la seguridad e inmunogenicidad de esta vacuna en la población chilena y ha contribuido a la toma de decisiones de parte del Ministerio de Salud (Minsal) para sus campañas de vacunación contra el COVID-19. Gracias a este estudio, nuestro país pudo contar con las dosis de vacunas necesarias para implementar en propiedad una campaña de vacunación masiva que ha contribuido al control de la pandemia.
Esto porque desde que comenzó la
pandemia, la duración de la inmunidad ha sido una materia de preocupación para
la entidad que tiene como objetivo gestionar políticas de prevención, promoción
e intervención a nivel mundial en materias de salud. Hoy, la rápida expansión
de una nueva variante (ómicron), ha vuelto a poner en alerta a científicos y
científicas de todo el mundo, quienes enfatizan que la prioridad más urgente es
acelerar el acceso a las vacunas y continuar con las dosis de refuerzos.
Estudios científicos como estos pretenden ayudar a las comunidades y países a tomar decisiones basadas en datos científicos y así controlar mejor la pandemia por SARS-CoV-2. La OMS espera que estos documentos mejoren, por ejemplo, los sistemas de salud y a su vez, fomenten la investigación clínica, ya que, según datos del mismo organismo, “20 países aún no han alcanzado la meta establecida por la OMS de lograr 40% de cobertura de la vacunación para fines de este año”. En este contexto, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Faustina Etienne, cree que es menester “acelerar el acceso a las vacunas para proteger a la población y, en especial, a las personas más vulnerables”.
En la región, el número de casos de COVID-19 está disminuyendo significativamente varios países, sobre todo en nuestro país. ¿A qué se debe? Conversamos con los directores del ensayo de Sinovac en Chile y también académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas. Esto fue lo que nos adelantaron:
Estudio científico-clínico fase 3 en adultos
El estudio muestra que, “quienes
han recibido una tercera dosis de Sinovac logran elevar en 12 veces (en
promedio) la cantidad de anticuerpos neutralizantes en comparación con lo que
tenían a los cinco meses de la segunda dosis”. Esto quiere decir que la aplicación
de una dosis de refuerzo con CoronaVac produce un importante incremento de
componentes inmunes requeridos para combatir al SARS-CoV-2, tales como
anticuerpos neutralizantes y linfocitos T.
¿Por qué es importante este estudio y qué nos podría decir al respecto
de los avances de estudios científico-clínicos que se realizan en Chile?
“Tener la posibilidad de evaluar en nuestra población nacional su comportamiento frente a vacunas contra el COVID-19 tiene múltiples ventajas. Primero, nos permite tener de primera fuente datos científicos que aportan información relevante para la toma de decisiones de las entidades de salud nacionales y permiten confirmar la seguridad, inmunogenicidad y eficacia en nuestra población. Actualmente ya estamos completando 1 año de seguimiento de los voluntarios adultos que se vacunaron con CoronaVac y hemos demostrado que esta vacuna es muy segura: protege contra la enfermedad, y además nos ha permitido conocer la cinética de la respuesta inmune en nuestra población (…)”
“Nuestro resultados más recientes muestran que a los 4 a 6 meses de la vacunación de refuerzo, los niveles de anticuerpos neutralizantes y células inmunes presentan una reducción muy pequeña, lo que estaría indicando que tras la dosis de refuerzo la inmunidad se mantendría elevada por más tiempo que lo observado a los 6 meses después de la segunda dosis. Esta información es muy relevante, tomando en cuenta la circulación de la nueva variante Ómicron, que posiblemente requiera de niveles de inmunidad circulante más elevados para prevenir la infección y enfermedad por SARS-CoV-2”, nos comenta el Dr. Alexis Kalergis, director del estudio CoronaVac en Chile.
¿Por qué cree que es fundamental que estos documentos estén disponibles
en la OMS?
“Es muy relevante que las
publicaciones generadas con los resultados del estudio científico-clínico que
estamos liderando como Universidad, y en la cual participan también 8 centros hospitalarios
en la RM y V región, sean puestas a disposición de la comunidad internacional
en la plataforma de la OMS. Por una parte, permite una gran visibilidad de los
resultados a la comunidad científica y médica mundial, lo que permite a otros
países y entidades tomar decisiones respecto a sus programas de vacunación,
teniendo toda la información científica disponible al momento. Por otro lado,
esto valida la ciencia que estamos realizando en nuestro país, dado que la OMS
es una entidad de salud sumamente importante y un referente a nivel mundial”,
añade el Dr. Pablo González, Director Ejecutivo del estudio científico-clínico.
A raíz de las nuevas variantes: ¿cómo garantizar, por ejemplo, acelerar el acceso a las vacunas a países con porcentaje bajo de vacunación o de dosis de refuerzo para así evitar nuevas cepas?
“Es muy importante los esfuerzos
que entidades globales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otras Organizaciónes no-Gubernamentales,
están realizando para promover el acceso oportuno, equitativo y global de
vacunas para prevenir la enfermedad causada por SARS-CoV-2. Estas entidades
pueden gestionar el acceso de vacunas a través de contratos y acuerdos con
grandes productores de vacunas y con entidades locales que aseguren la cadena de distribución en países con menores
tasas de vacunación. Por otra parte, la diseminación de mensajes claros y en un
lenguaje sencillo de los datos científicos generados en torno a la pandemia y a
las vacunas disponibles, ayuda a crear conciencia en las personas, quienes
finalmente requieren acceder a la vacunación”, finaliza la Dra. Susan Bueno,
Directora Científica del estudio científico-clínico.