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¿Cómo superar las barreras del idioma en la ciencia para su desarrollo social?

agosto 13, 2021


photo_camera Ilustración adaptada por la Facultad de Ciencias Biológicas

Margarita Calvo, académica de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y co-autora del artículo “Diez consejos para superar barreras del idioma en la ciencia”, publicado en Nature Human Behaviour, comenta la importancia de explorar a través del idioma la habilidad narrativa en el ámbito de las ciencias. Y es que, uno de los grandes retos al que se enfrenta la comunicación científica, es la poca diversidad lingüística y cultural de sus publicaciones y, por ende, la poca comprensión por parte del público para entenderlas.

El documento, inédito por su impacto social y autocrítico desde la academia, busca sensibilizar y apreciar la magnitud del reto que supone atender a una población con gran diversidad etnolingüística.

“Este documento nace a raíz de un webinar que dimos para la Revista eLife, cuando yo era parte del early career advisory group. Fue un seminario que organicé con el fin de reformar la comunicación y promover una cultura de investigación que sea saludable para la ciencia”, nos cuenta la Dra. Margarita Calvo.

Según el documento, “las barreras del idioma tienen graves consecuencias en la ciencia: conducen a desigualdades para las comunidades subrepresentadas, hacen que el conocimiento en un idioma diferente al inglés sea inaccesible, e impiden que los tomadores de decisiones se interesen por la ciencia”.

En Chile, estudios en el ámbito de comprensión, han arrojado resultados negativos para la población. Por ejemplo, de acuerdo a la investigación del Estudio de Comportamiento Lector realizado por el Consejo de la Cultura y el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile (2011), un 84 por ciento de los chilenos no comprende adecuadamente lo que lee, tendencia que se acentúa aún más en las personas mayores de 35 años; para la población de niñas, niños y adolescentes, pruebas como el Simce (2019) también muestran un déficit de comprensión lectora, a lo que se suma el “pobre hábito de lectura como parte del tiempo libre de hijos y padres”.

Con estos datos, Chile no solo muestra un bajo nivel de competencias de lectura en relación a sus pares de la OCDE (2016), también se suma a la poca comprensión y aprendizaje de otro idioma extranjero como el inglés. Y es que, a nivel Latinoamericano, cifras del año 2018 indican que el país se mantiene en un nivel de competencia bajo (EF Education First, 2018).

¿Pueden estos factores gatillar aún más la brecha entre ciencia y sociedad? Para conocer las percepciones y representación que la población chilena mayor de 15 años tiene sobre la ciencia, el año 2019 se realizó la Encuesta Nacional de Percepción Social de la Ciencia y Tecnología (ENPSC). Los resultados fueron los siguientes: aumenta el interés general en ciencia; sin embargo, contrasta con una percepción de bajo nivel de información en materias científicas.

Créditos fotografía: Pixabay

“Todos los journals internacionales han usado el inglés como medio de comunicación científica, y la idea es que más científicos y científicas de otras partes del mundo (subrepresentadas) puedan aportar; que haya más traducciones y acceso a público no angloparlante porque es fundamental que la comunidad, autoridades locales y colegas, puedan entender mejor los avances científicos para, por ejemplo, la toma de decisiones públicas en el ámbito de la salud”, añade la académica del Departamento de Fisiología. 

Diez consejos

La barrera del idioma inglés (predominante en artículos científicos) es un limitante importante para fortalecer la ciencia en Chile. Según el documento en cuestión, la comunidad científica internacional debe ser más inclusiva tomando nota de estos aspectos; también hace un alcance con los términos científicos, en donde se le propone al lector añadir palabras para su mejor comprensión.

Para ello, el grupo de científicos (Amano, Rios Rojas, Boum II, Calvo y Misra), comparten diez consejos redactados por ellos mismos. “Creemos que los consejos ayudarán a crear un entorno ideal para que el mundo académico tome conciencia de las barreras lingüísticas y sepa cómo superarlas”, añaden.

Estos consejos pretenden ser un insumo importante para la academia:

  • 1.- Difundir investigación en múltiples idiomas: proporcionar versiones de documentos y resúmenes de idiomas distintos al inglés.
  • 2.- Utilizar el conocimiento científico procedente de varios idiomas: colaborar con científicas y científicos de diversas lenguas; consulte revistas y bases de datos de literatura local.
  • 3.- Aumentar la visibilidad de la ciencia que no está en inglés: proporcione títulos en inglés y resúmenes de literatura en otro idioma; guárdelos en un repositorio conocido.
  • 4.- Traducir términos científicos: poner palabras claves de artículos en diversos idiomas.
  • 5.- Brindar apoyo genuino a hablantes no nativos: ofrezca asistencia editorial en publicaciones de revistas y apoye a los presentadores en conferencias.
  • 6.- Separar las habilidades lingüísticas de la calidad científica: céntrese en la calidad al revisar los artículos, propuestas y aplicaciones.
  • 7.- Considerar el equilibrio del lenguaje en las actividades científicas: incrementar la diversidad lingüística en ponentes plenarios y en reuniones de editoriales.
  • 8.- Reconocer los esfuerzos realizados para superar las barreras del idioma: valorar la difusión multilingüe y al evaluar contribuciones, considerar las desventajas a las que se enfrentan los hablantes no nativos.
  • 9.- Sea considerado con los hablantes no nativos: trate de imaginar los desafíos que experimentan.
  • 10.- Aproveche recursos y oportunidades, como las siguientes.

Cabe mencionar que el documento, consciente de las barreras que aquejan a diferentes países, incluye resúmenes en español, francés y japonés.

Sobre Margarita Calvo…

La académica ha tenido una destacada trayectoria en la investigación del dolor, realizando un magister en manejo del dolor, un master en enfermedades del sistema nervioso periférico en Milán para finalmente realizar un postdoctorado en el Consorcio IMI EuroPain en Oxford University/Kings College London.

Sus investigaciones han sido publicadas en Neuron, Brain, Lancet Neurology, Journal of Neuroscience, Glia, Pain, Science Translational Medicine, entre otras.

Hoy, se desempeña como directora del Núcleo Milenio MiNuSPain, que tiene por objetivo desarrollar la investigación de la neurociencia traslacional del dolor, el cual asocia a cinco grupos de investigación, cuyas competencias abarcan desde la investigación biomédica de vanguardia hasta los estudios clínicos.



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