El “dolor” es catalogado como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y que debe tratarse a tiempo para evitar consecuencias secundarias, como insomnio, depresión, irritabilidad y enclaustramiento, entre otras. El dolor crónico afecta entre un 20% a 50% de la población mundial, mientras que en Chile 32% de la población se ve impactada por esta enfermedad, de acuerdo con al estudio de prevalencia del dolor crónico en Chile, efectuado por la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP).
Durante cerca de 15 años la especialista y académica de la Facultad de Ciencias Biológicas, Margarita Calvo, ha estudiado los mecanismos moleculares y celulares que provocan el dolor neuropático, alteración causada por una enfermedad que afecta el sistema nervioso somatosensorial, dañando las fibras nerviosas donde se alojan los receptores del dolor y alterando la precepción.
“Es tan intenso y debilitante que es como si te clavaran una espada, un dolor quemante con sensaciones desagradables agregadas”, relató la Dra. Margarita Calvo para explicar cómo los pacientes perciben el dolor neuropático.
“Es paroxístico, es decir que aparece sin previo aviso y generalmente provoca temor de que esto les ocurra repentinamente, por esto los pacientes comienzan a evitar algunas actividades de su vida cotidiana, con severas consecuencias psíquicas, emocionales, sociales y laborales”.
Se trata de una patología de alta prevalencia y que afecta entre un 7 a un 10% de la población, a pesar de ello, es de difícil diagnóstico y de aún más complejo tratamiento.
“De cada seis pacientes tratados con los fármacos disponibles, sólo uno logra resultados, pero ese resultado se traduce en que su dolor va a disminuir sólo en un 30%. Esa falta de eficacia, sumado a que tienen una larga lista de efectos adversos, hace que muchos pacientes abandonen los tratamientos”, expuso la Dra. Calvo.
Con la convicción de encontrar nuevas opciones terapéuticas que permitan mejorar la calidad de vida de miles de personas afectadas por este problema, la especialista asumió recientemente la dirección del Núcleo Milenio para el Estudio del Dolor, MiNuSPain, uno de los cinco nuevos centros de este tipo financiados por la Iniciativa Científica Milenio de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a partir de este 2021.
Se trata de un consorcio que reúne a cinco investigadores de Universidades chilenas: la PUC, la Universidad de Concepción, la Universidad de Santiago de Chile, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Chile; en un esfuerzo traslacional por encontrar nuevas alternativas terapéuticas que puedan ser relevantes para el dolor neuropático.
Diversos tipos de dolor
En el caso de la línea de trabajo desarrollada por el laboratorio en la Universidad de Concepción, el estudio está enfocado en los receptores de glicina, una subclase de receptores inhibitorios del sistema nervioso central presentes en la médula espinal, que constituye la primera estación de procesamiento de los estímulos de dolor que vienen desde la periferia.
Otra línea de trabajo se desarrolla en los laboratorios de la Universidad de Santiago de Chile, a cargo del Investigador Asociado del Núcleo Milenio MiNuSPain y también Investigador Asociado del Núcleo Milenio MiNICAD, Dr. Rodolfo Madrid, quien aborda el daño nervioso periférico asociado a la córnea en una de sus líneas de investigación.
En tanto, que el trabajo liderado por el académico de la Universidad Católica del Norte, Dr. Claudio Coddou, ha identificado a una proteína, el receptor purinérgico P2X3, que ya ha demostrado su efectividad como sedante y que podría ser clave para el desarrollo de nuevos fármacos.
Encontrar nuevas terapias que sean más efectivas es fundamental, dada la magnitud del problema en Chile. Se estima que cerca de 10% del presupuesto anual de salud del país se destina al gasto por concepto de atención médica el dolor, lo que es equivalente al total de recursos asignados para el desarrollo de ciencia en Chile.
“Invertir en el desarrollo de ciencia que permita mejorar la calidad de vida de miles de personas con dolor neuropático es, no sólo una forma de evitar mayor gasto público a futuro, sino una responsabilidad social que permite entregar bienestar y calidad de vida a miles de pacientes y a sus entornos, quienes sufren a diario por este padecimiento”, puntualizó sobre este problema la directora del Núcleo Milenio MiNuSPain.
Gestión de Prensa: Nota original de Núcleo Milenio MuNuSPain