Los castores en Chile: una especie invasora que ha causado grandes daños
julio 30, 2020
En 1946, la Marina argentina importó desde Canadá 10 parejas de castores y los liberó en la Isla Grande de Tierra del Fuego, en el extremo sur de América del Sur, con el objetivo de enriquecer la fauna nativa y fomentar la industria peletera local.
Lo que parecía una gran idea de negocios, no consideró los efectos de lo que implicaba trasladarlos a un ambiente distinto.
Los castores fueron protegidos de la caza durante 35 años y al no tener predadores naturales, se multiplicaron, lo que produjo cambios irreversibles en el ecosistema de los bosques.
Según el proyecto GEF Castor del Ministerio de Medio Ambiente, se estima que actualmente hay entre70 mil y 110 mil ejemplares en el sur de Chile. Su presencia ha significado pérdidas importantes en términos de biodiversidad, y ya se contabilizan más de 23 mil hectáreas de bosque nativo invadidas por el castor.
La tala de árboles, uno de los hábitos más perjudiciales del castor, ya que el tronco queda con marcas de sus dientes y una forma característica de punta de lápiz. Además, sus represas pueden llegar a los 1,5 metros de altura y 100 metros de longitud.
Sus obras de ingeniería repercuten en los ecosistemas: cambian el régimen de descarga anual de los ríos, disminuyen la velocidad de las corrientes, extienden las superficies de los suelos inundados y aumentan la retención de sedimentos y materia orgánica que a su vez crea el hábitat para otras especies exóticas.
El Dr. Fabián Jaksic, comenta en Desafío Tierra de CNN, que “el castor canadiense sigue haciendo en Chile lo que hace en su lugar de origen: embalsa riachuelos para construir una madriguera mitad tapada de agua y con acceso subacuático”.
El también Director delCentro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad (CAPES UC), agrega que, “los bosques fueguinos donde se ha ubicado el castor, son únicos en el planeta y si su destrucción continua, un ecosistema entero puede desaparecer de la faz de la Tierra”.
Según una investigación que estableció el valor económico y sociocultural de los daños del castor, en siete décadas de invasión, ha tenido un impacto de al menos $73 millones de dólares.
Para los expertos los efectos que puede tener la introducción de animales o vegetales exóticos, desde insectos hasta arbustos silvestres, ya es totalmente conocido. Pero la expansión de los castores de Tierra del Fuego a partir de tan pocos ejemplares iniciales representa una invasión biológica extraordinariamente exitosa con pocos precedentes.