Tras la revisión de más de 83 mil fotografías, después de seis meses de monitoreo, personal de CONAF Aysén confirmó presencia de huemules, pumas, armadillos peludos y zorros culpeos en el Parque Nacional Cerro Castillo, además de detectar que viven en zonas donde no se tenían registro de ellos.
Sin embargo, también se descubrió en dos sectores la presencia de una especie invasora que amenaza a la fauna nativa: el jabalí. Estos datos permiten planificar, por ejemplo, el control de su población.
Como las especies nativas no evolucionan en contacto con las especies invasoras, en la lucha por la sobrevivencia muchas veces son desplazadas, o en el peor de los casos, mueren y se extinguen.
El Dr. Palma añade que las especies invasoras como el jabalí, “pueden generar problemas de competencia por la utilización de recursos, predación, transmisión de enfermedades, etc. La fauna local de una zona no estará adaptada para hacer frente a una súbita presencia de una especie invasora porque no han coexistido naturalmente”, concluye el biólogo.
¿Importancia de estos monitoreos?
El monitoreo de especies de flora y fauna importantes de proteger (objetos de conservación), basado en el método de estándares abiertos desde el cual se elaboró el nuevo plan de manejo del parque nacional, busca determinar presencia, distribución y abundancia relativa de especies de fauna, además de obtener información de especies introducidas y amenazas que pueden afectar a la biodiversidad, con el objetivo de levantar información que permita generar estrategias de conservación de las especies existentes en esta área silvestre.
El despliegue en terreno contó con la participación de 6 guardaparques, 12 voluntarios y 2 médicos veterinarios, quienes se dedicaron a la instalación y retiro de 60 cámaras trampas en el Parque Nacional Cerro Castillo, durante seis meses, cubriendo desde la estepa patagónica hasta el bosque siempreverde.