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Explotación ilegal de huiro amenaza costas del norte de Chile

mayo 28, 2021


photo_camera Claudia Pool

Quizás no es algo que se sepa mucho, pero el huiro está en muchos productos que consumimos diariamente. En shampoos, cremas, gel, jaleas e incluso se usa en la elaboración de ortodoncia y cervezas. Es el alginato, compuesto que deriva de las algas y que tiene una gran demanda, sobre todo en China. Con el auge de este producto, ha crecido la demanda por extracción de algas y Chile, un país privilegiado en costa, es uno de los mayores exportadores de alga picada a China, Japón y Francia.

El alga más extraída en nuestro país es el huiro, macroalgas pardas que se dan en costas rocosas, de aguas frías y de poca profundidad, formando un ecosistema rico en biodiversidad: los bosques de algas. Cada huiro es el hogar de más de 150 especies que se asocian a las distintas partes del alga y dan refugio a otras como los peces de roca, moluscos, cangrejos, caracoles. Son el nido de muchos de estos animales, que depositan sus huevos y se reproducen en dicho lugar.

Además, los bosques marinos funcionan de la misma manera que un bosque terrestre, es decir, son los responsables de transformar el CO2 en oxígeno, lo que es especialmente relevante cuando hablamos de cambio climático.

Según datos de Sernapesca, la exportación de algas en Chile representó el 20,4% del valor total de las exportaciones pesqueras y acuícolas, lo que se traduce en 618 mil toneladas y un total de US $1.257,6 millones.

Pero esta alta demanda ha llevado a que se genere extracción masiva del alga en las costas y que haya aumentado la extracción ilegal. Actualmente, según datos del Observatorio Laboral de Atacama, la tasa de desempleo en la región alcanza el 12,3%, lo que según explica Nibaldo Yáñez, Dirigente del Comité de Manejo de Algas de Atacama, incide directamente con el aumento de extracción ilegal de las algas, ya que es una actividad que no necesita mucha técnica.

Créditos fotografía: El académico Alejandro Pérez Matus lleva años realizando investigación científica para evidenciar la importancia de la variabilidad ambiental y el impacto humano sobre las comunidades marinas

Actualmente, cada huirero debe estar inscrito en el Registro Pesquero Artesanal (RPA) y declarar la cantidad de algas extraídas. Además, el Plan de Manejo de Algas Pardas de la Región de Atacama de Sernapesca estableció que desde el año 2019 la extracción de macroalgas sería bajo la medida de administración pesquera denominada cuota de captura. Es decir, 2 toneladas por bote, en ciertos momentos del año y solo de algas que llegan naturalmente a la orilla.

Pero en la práctica, no existe un registro real de cuántas toneladas de algas se capturan al día. Según lo que explica Yáñez, debido a las extensas costas de nuestro país, sumado a que cada huirero tiene que autodeclarar la cantidad de alga extraída, se hace imposible que Sernapesca cubra toda el área y fiscalice a cada persona que extrae algas. Factores que junto los altos niveles de cesantía de la zona, hacen que cada día sea más popular la extracción ilegal y la extracción del alga con una técnica llamada barreteo, la que consiste en sacar el huiro desde el disco (raíz), dejarlo flotando y luego recolectar las plantas que llegan a la orilla.

Lamentablemente, desde que el barreteo comenzó a ser una de las principales “pescas” del país, los bosques de algas han ido desapareciendo y con ellos, jaibas, erizos, cangrejos y algunos tipos de peces, que antes abundaban en esos espacios. Además, con el auge de esta técnica y la gran cantidad de huiro que extraen huireros legales e ilegales, el efecto en el ecosistema marino ya se está notando.

Según el académico Alejandro Pérez Matus, biólogo marino que lleva años estudiando estos organismos desde la Estación Costera de Investigaciones Marinas, en Las Cruces, el método de barreteo está generando que estas especies no se vuelvan a reproducir. Es decir, los bosques de huiros en Chile no se están reforestando. “Hemos visto en algunos puntos cambios bien drásticos, donde la recuperación del huiro ha sido nula, como en Tongoy, Caldera, algunas zonas del norte, donde ha cambiado el paisaje del bosque marino, debido a la extracción masiva”, explica.

Un mapeo satelital, publicado recientemente por la científica chilena Alejandra Mora, muestra que hay zonas de la costa que han perdido hasta 50% de sus bosques de huiro. Para científicos, huireros y organizaciones como Oceana, se hace urgente una política que regule la extracción de este recurso antes de que sea demasiado tarde.

Créditos fotografía: Registros de expedición científica en Quintay junto a Subelab y ECIM UC

Frente a esto, César Astete, Director de la Campaña de Pesquerías de Oceana, propone 2 medidas para regular la situación. La primera es mayor investigación y ciencia sobre el huiro y los efectos de su extracción, ya que es un tema que hasta hace 10 años se conocía muy poco.

Y lo segundo es que se prohíba la extracción por barreteo en áreas de libre acceso, esto es, en zonas públicas donde la fiscalización no pueda ser efectiva.

“Creo que las comunidades de pescadores son conscientes de la situación medioambiental y saben que deben cuidar sus recursos, pero el problema son los (pescadores) ilegales. Necesitamos visibilizar el tema, invertir en investigación y restringir las prácticas perjudiciales para la recuperación de los bosques de algas”, concluye Astete.

Gestión de Prensa: Nota original de Ángeles Biancani, El Mostrador.



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