Skip to content

#DíaDelPatrimonioEnCasa: Hitos en nuestra FCB

mayo 29, 2020


photo_camera

Como ya es tradición desde 1999, el último domingo del mes de mayo, nos reunimos para celebrar el Día del Patrimonio Cultural. Esta gran fiesta nacional que nos conecta con nuestra historia y nos ayuda a valorar, proteger y entender la importancia de nuestra herencia patrimonial, debido a las circunstancias sanitarias, hoy el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio nos invita a explora y descubrir el patrimonio desde casa.

Un poco de historia: El Día del Patrimonio Cultural es la fiesta cultural más importante del país. Hace 21 años se celebra anualmente y convoca a miles de personas a participar de forma gratuita con una amplia oferta de actividades patrimoniales orientadas a conmemorar nuestra herencia cultural, perfilándose como una jornada cívica de mucha relevancia y arraigo en el sentir nacional.

El propósito del #DíaDelPatrimonioEnCasa es continuar con una tradición relevante para las comunidades y construir entre todos una instancia virtual para compartir y encontrarnos desde nuestro patrimonio, más aún en momentos de distanciamiento social. Asimismo, esta actividad es una oportunidad para seguir fortaleciendo y promoviendo el acceso a la cultura y el patrimonio desde plataformas y redes virtuales.

Fotografía: Vista hacia calle Exposición y Estación Central en Santiago, año 1927.

En ese contexto hoy destacamos ciertos patrimonios que alberga nuestra Facultad; de los cuales sus fotografías son parte del archivo histórico de nuestra casa de estudios.

En este mes patrimonial rescatamos el valor de grandes hitos científicos, ya sean patrimonio inmaterial o patrimonio físico. (Para ver más de qué es lo que se entiende por Patrimonio, ingresar a la página oficial de la Unesco).

Un recorrido por los Premios Nacionales

Los Premios Nacionales de Investigación en Ciencia reconocen el mérito de aquellos investigadores e investigadoras de nacionalidad chilena que estén realizando una labor destacada en campos científicos de relevancia internacional y que contribuyan excepcionalmente al avance de la ciencia, al mejor conocimiento del ser humano y su convivencia, a la transferencia de tecnología y al progreso de la Humanidad.

Durante la década de 1920, las ciencias en nuestro país comenzaron a abandonar gradualmente su sentido meramente utilitario para transformarse en disciplinas teóricas de base científica. Durante esta centuria, “las ciencias se dividieron epistemológicamente entre ciencias exactas y ciencias aplicadas”, cita extraída de la Biblioteca Nacional.

Como ciencias exactas se comprendió a aquellas que basaban su quehacer en la experimentación y observación, sistematizando en el lenguaje matemático sus conocimientos. Entre estas se encuentran las matemáticas, física, química, astronomía y algunas ramas de la biología como la bioquímica. Por otro parte, hacia la segunda mitad del siglo XX surgió el concepto ciencias aplicadas, denominación que agrupó a aquellas disciplinas que se especializaron en resolver problemas prácticos, utilizando a otras ciencias como las exactas.

Posterior a ello, la naciente política de industrialización estructurada luego en la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), estimuló el desarrollo de las ciencias aplicadas; esta vez orientadas a consolidar el crecimiento económico nacional a través de su aplicación en ámbitos prácticos como la utilización de electricidad, el agua potable y obras de ingeniería, entre otros proyectos. ( Ver más; Claudio Gutiérrez y Flavio Gutiérrez, “Física: su trayectoria en Chile desde 1800 a 1960”).

A lo largo del siglo XX, la contingencia internacional influyó directamente en el desenvolvimiento de las ciencias exactas. En 1945, días después de lanzada la primera bomba atómica, se desató en Chile el primer debate público sobre la desintegración de la materia y sus alcances, tema que sería gravitante en la discusión científica de la década siguiente.

Fotografía: Diario La Nación

A partir de la década del sesenta, las ciencias exactas en nuestro país definieron con claridad sus fronteras, diferenciándose no solo al interior de los planes de estudio de las universidades, sino que también a través de la fundación de facultades específicas, desvinculadas ya de las ingenierías y de los centros de investigación operados por estas mismas. A lo anterior se sumó la creación de sociedades científicas especializadas.

Por su parte, el Estado consolidó su rol protagónico como el principal agente promotor de las ciencias nacionales a través de la fundación de la Academia de las Ciencias en 1964, la creación de la Comisión Nacional de Investigación y Tecnológica (Conicyt) en 1967, y la instauración del Premio Nacional de Ciencias durante ese mismo año.

El Premio Nacional de Ciencias Naturales fue creado el año 1992 como uno de los reemplazos del antiguo Premio Nacional de Ciencias bajo la Ley Nº 19.169. Los otros dos premios en este mismo ámbito son Ciencias Exactas y Ciencias Aplicadas y Tecnológicas.

Forma parte de los Premios Nacionales de Chile

La Facultad destaca a sus exalumnos y académicos que han recibido premios nacionales.



Contenido relacionado