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Vecinos con Plumas: Comprendiendo la biodiversidad urbana por medio de herramientas de inclusión

agosto 17, 2020


photo_camera Centro de Ecología Aplicada y Biodiversidad

Las aves, tal vez como ningún otro animal fuera de los insectos, son notables en el hecho de que pueden ser apreciadas tanto por los ojos, como por otros sentidos. Su gran variedad de formas y cantos refleja no sólo la abundante diversidad biológica presente en la ciudad, sino también las distintas maneras en que podemos percibirla quienes vivimos en ella.

Durante el 2019 pasado, un grupo interdisciplinario de científicos, artistas y educadores, de la mano del Laboratorio de Innovación Social para la Discapacidad Visual, OCULAB, pudo corroborar de primera fuente la capacidad inclusiva de las aves como vehículos para conocer la biodiversidad que nos rodea.

Esto, gracias al taller “Vecinos con plumas: comprendiendo la ecología urbana a través de la inclusión”, una iniciativa de educación ambiental que buscó acercar distintos tipos de saberes sobre las aves que habitan la ciudad, a niños y niñas con diversos tipos de discapacidad visual.

Créditos fotografía: Centro de Ecología Aplicada y Biodiversidad

La alianza se puso en marcha el mes de octubre pasado, cuando el laboratorio comenzó a usar algunos modelos, todos a tamaño y con características reales para enseñar. En el programa piloto, las piezas se llevaron hasta las salas de clases de 4ª y 5º año básico del Colegio Santa Lucía de la Fundación Sol.

Por medio de sesiones multisensoriales, las y los niños aprendieron las principales características de las aves urbanas más comunes de la capital, realizando actividades que incluyeron la emisión de registros sonoros de estas aves, el contacto directo con figuras de madera y ejemplares disecados, e incluso la elaboración de nidos de queltehue y picaflor con materiales comunes.

“Un proyecto educativo multisensorial tiene muchas más posibilidades de implementarse en un público más amplio, que incluya a estudiantes diversos” explica la coordinadora del proyecto y miembro de OCULAB, Luz Valeria Oppliger. “Al utilizar formatos que apelen a los distintos sentidos, estás validando las diversas formas de aprender de los estudiantes, y más posibilidades tienes de motivarlos, (sea cual sea su sentido más fuerte o de preferencia) y un estudiante motivado es un estudiante dispuesto a aprender contenidos” añade.

Créditos fotografía: Centro de Ecología Aplicada y Biodiversidad

La iniciativa fue financiada gracias a la Dirección de Pastoral y Cultura Cristiana y la Vicerrectoría de Investigación UC, mediante un fondo orientado al desarrollo de programas educativos basados en principios y valores propios de la formación católica. En este caso, los organizadores del taller se inspiraron en la encíclica del Papa Francisco “Laudato si’”, centrada en el cuidado del medio ambiente y la necesidad de una ecología que integre el lugar del ser humano, y sus relaciones con la realidad que lo rodea, como nuevo paradigma de justicia.

“Escogimos la ecología urbana como tema del taller, porque las metrópolis a menudo son vistas como grandes consumidoras de servicios ecosistémicos, y rara vez como generadoras de los mismos a través de sus áreas verdes, donde cohabitan especies vegetales y animales adaptados a estas nuevas y complejas matrices de interacciones” agrega la bióloga.

Sólo en la Región Metropolitana es posible observar cada día más de una docena de aves urbanas, las cuales, con su presencia, contribuyen a generar territorios resilientes que entregan bienestar a los ciudadanos.

Algunas de estas aves también fueron representadas en la forma de figuras talladas en madera por el artesano nacional Richard Bravo, quien recreó, en tamaño real, a las 12 aves urbanas más vistas en la Región Metropolitana: la paloma, el zorzal, el chincol, el picaflor, el mirlo, el tordo, la cotorra, el queltehue, el tiuque, el chercán, el cachudito y la tórtola, acercando sus formas y tamaños a las manos de los niños.

Créditos fotografía: Centro de Ecología Aplicada y Biodiversidad

Además, los participantes del taller también pudieron sentir el plumaje de algunas de estas aves gracias a una serie de ejemplares preparados por el taxidermista y museólogo Patricio Zavala Fernández, curador de la Colección Flora y Fauna Patricio Sánchez Reyes de nuestra Facultad.

¿Y cómo impactó el taller en los niños que participaron de él?

“Me gustó escuchar a las aves porque cantan lindo”, dice Alice Ríos sobre su experiencia en el taller. En los talleres participaron niñas y niños con ceguera total, mientras unos preferían las actividades con tacto, otros valoraban más los ejercicios de audición, donde no sólo eran invitados a reconocer los cantos de las aves, sino también a imitarlos.

Para la Dra. Oppliger, la experiencia, finalmente, constituyó un aprendizaje para estudiantes, y organizadores. “Aprendimos a darnos cuenta de la complejidad que tiene vivir con discapacidad visual, porque este déficit muy pocas veces viene solo, sino acompañado de otras complicaciones físicas, cognitivas, emocionales o psicosociales. También aprendimos a valorar el trabajo de los docentes que imparten clases a estudiantes con discapacidad visual, ya que son aulas donde cada estudiante representa un desafío pedagógico distinto”.

Vecinos con Plumas en YouTube:

Gestión de Prensa: Nota original de CAPES



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