Desafío en tiempos de pandemia: cuando el laboratorio viaja hasta tu casa… sí, tu casa.
julio 26, 2021
Desde mediados de marzo de 2020, la Pontificia Universidad Católica de Chile, ha operado de manera remota. Un desafío para administrativos y profesionales que han permitido, pese a la pandemia, que la docencia en la Universidad pueda desarrollarse, pese a todos los inconvenientes generados por la crisis sanitaria hasta el día de hoy. ¿Cómo? Mediante la colaboración.
Es de conocimiento público que la pandemia de COVID-19 ha causado el cierre de laboratorios o el ingreso restringido de los mismos, y para un estudiante del mundo científico, es muy importante el trabajo en laboratorio: conocer la instrumental y realizar experimentos. Y fue precisamente esto lo que motivó al equipo del Laboratorio de Tecnología Libre del Profesor Fernán Federici, de la Facultad de Ciencias Biológicas, a crear una caja de laboratorio con los insumos necesarios para desarrollar experimentos de manera remota con sus estudiantes.
“Tuvieron que enviar pequeños laboratorios a las casas de las y los estudiantes en distintas comunas del Gran Santiago, en distintas ciudades del país. Eran cajas prototipadas con micropipetas, termocicladores y cámaras de electroforesis para llevar a cabo técnicas de biología molecular. Pesaban cerca de seis kilos. Las cajas iban a cada uno de los 46 estudiantes del curso del profesor Federici, quien ideó este plan de emergencia para experimentar de forma remota”, destacaba la Dirección de Comunicaciones de la UC, durante el año 2020.
El trabajo de laboratorio sin pandemia ya es algo complejo, pero realizarlo a distancia es un desafío adicional. Pese a esto, de igual forma, se debe cumplir con los aprendizajes que entrega la práctica, experimentación y conocer los distintos elementos de un laboratorio. “Las colaboraciones con comunidades de desarrolladores de biotecnología libre y hardware abierto nos permitieron elaborar recursos prácticos reproducibles, simples y de bajo costo”, explica el Dr. Federici, profesor del curso.
El Dr. Federici no estuvo solo en
el desafío de enviar estos kits de trabajo, con micropipetas, minicámaras,
termocicladores de hardware open source, enzimas abiertas de producción local y
protocolos de libre acceso; un importante rol también cumplió la Coordinadora
de Gestión de Actividades Docentes de la Dirección de Pregrado, Paulina Merino.
“Mandamos cajas al Biobío, a
Arica, y otras regiones del país. Esto fue en octubre de 2020, cuando retornamos
gradualmente. No había otro modo de sacar adelante el curso (…) Debido a la
incertidumbre de salir o no de cuarentena, se determinaron tres formas de
realizar los trabajos, una de ellas, concentrar las clases a las últimas
semanas de cada semestre y con aforos reducidos. La segunda opción era cambiar
los laboratorios a enero; y como tercera propuesta y más compleja, adaptar
todas las actividades prácticas a laboratorios remotos”, detalla.
Y es que el equipo de docencia de la Dirección de Pregrado, de un día para otro se vio desafiado no solo a adaptar sus funciones al formato remoto, sino que tuvo que enfrentar el desafío de dedicar todo el tiempo posible a apoyar al cuerpo académico para funcionar en la modalidad que la pandemia nos impuso, mediante una ayuda pedagógica y tecnológica de punta:
“Lo primero que se establecieron
fueron protocolos y experimentos con cada curso. Cada kit contiene las
instrucciones de cómo usar el material, las debidas precauciones que hay que
tener. Los materiales que se envían son inocuos, pero deben ser usados de
manera responsable y seguir la eliminación correcta de algún reactivo o insumo
en particular. Luego todo el material regresa al laboratorio en la Universidad,
lo revisamos y se elimina lo que corresponda”, detalló la coordinadora.
El kit
El kit fue diseñado en colaboración con académicos del Laboratorio de Biofabricación de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la UC. Como si fuera poco: es de código abierto, es decir, tiene el fin de compartir el conocimiento y para lograrlo se habilitó un sitio web con todo lo necesario para poder reproducir la totalidad de los prácticos.
Valentina Zapata, ayudante de este curso de Biología
Molecular y Bioquímica, explicó que, “los estudiantes aprenden sobre técnicas
de detección y estudio de ARN y ADN. Lo más complejo fue la planificación de la
entrega de los kits de laboratorio, las distintas rutas dentro de Santiago y
además los envíos a regiones”.
Como se mencionó anteriormente, las cajas se enviaron a
distintas ciudades de Chile, entre ellas: Valdivia, Puerto Montt, Arica,
Rancagua, Coquimbo, La Serena y Concepción. Lo novedoso no solo es el envío de
elementos de un laboratorio a los hogares de los estudiantes; también se
generaron protocolos nuevos para los cursos en modalidad remota.
“A las y los estudiantes les
gustó bastante que el curso fuera práctico, ya que el semestre anterior ellos
no realizaron ningún trabajo en esta modalidad, todo fue virtual. Estaban muy
ansiosos de cómo sería este curso. Se adaptaron muy bien, incluso muchos de los
estudiantes nunca antes habían manejado una pipeta, lo que fue un desafío para
nosotros como ayudantes”, explicó Valentina.
Importante: Todos los involucrados en este artículo, han sido piezas claves en haber enfrentado el año académico, dando lo mejor en la búsqueda de soluciones, trabajando de manera colaborativa, y también siendo muy generosos con los espacios personales y familiares en el contexto del trabajo desde casa, en pandemia. Mención especial a todo el equipo de trabajo del profesor Fernán Federici; y por supuesto, a la Dirección de Pregrado de la Facultad de Ciencias Biológicas.
Gestión de Prensa: Esta nota es original de Lorenzo Palma, de Ciencia en Chile; adaptada por Comunicaciones de la Facultad de Ciencias Biológicas