Investigador Patricio Pliscoff ante nueva clasificación para los ecosistemas de la Tierra: “Muy pocos países poseen la diversidad de climas y zona geográfica que tiene Chile”
Investigador Patricio Pliscoff ante nueva clasificación para los ecosistemas de la Tierra: “Muy pocos países poseen la diversidad de climas y zona geográfica que tiene Chile”
Investigador Patricio Pliscoff ante nueva clasificación para los ecosistemas de la Tierra: “Muy pocos países poseen la diversidad de climas y zona geográfica que tiene Chile”
diciembre 1, 2022
¿Sabías que Chile tiene 88 de los 110 tipos de ecosistemas presentes en el mundo? Eso es lo que señala la nueva “Tipología de Ecosistemas Global”, publicada en el mes de noviembre por la Revista Nature, y que fue desarrollada bajo el encargo y alero de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés).
La nueva tipología busca según sus autores, “apoyar la transferencia de conocimiento para la gestión y restauración ecosistémica-específica, así como las evaluaciones de riesgo de ecosistemas estandarizadas globalmente”, entre otros objetivos.
Entre los investigadores que participaron en esta importante labor y en el artículo “A function-based typology for Earth’s ecosystems”, que la da a conocer a la comunidad científica, se encuentra el Dr. Patricio Pliscoff, académico de las facultades de Historia, Geografía y Ciencia Política, y Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El también investigador del Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, CAPES, y del Instituto de Ecología y Biodiversidad, IEB, es el único chileno participante y cuenta que, su colaboración, se dio porque es miembro del equipo de Lista roja de ecosistemas de la comisión de manejo de ecosistemas de la UICN. “Dentro de esta comisión, se creó un grupo específico para desarrollar la clasificación global, esto partió el año 2017 con una reunión en Londres, en la que se comenzó a definir conceptualmente la clasificación global, posteriormente tuvimos otras reuniones presenciales y virtuales donde se desarrolló el paper”, señala.
Los criterios para ordenar ecosistemas
Para apoyar tanto en los planes y políticas de manejo
sustentable de estos ecosistema, es decir, su dimensión funcional, como en las
estrategias de conservación de su biodiversidad, su dimensión biológica, las y
los investigadores evaluaron más de 23 clasificaciones de ecosistemas según
seis criterios: (1) funciones ecosistémicas y procesos ecológicos; (2) biota
característica; (3) consistencia conceptual en toda la biósfera; (4) estructura
escalable; (5) unidades explícitas a nivel espacial, y (6) detallismo
descriptivo y complejidad mínima.
No habiendo encontrado ninguna tipología que cumpliera estos
6 criterios entre las 23 que evaluaron, se abocaron a construir una nueva
clasificación, sólida, escalable y espacialmente explícita, que pudiera
proporcionar una infraestructura que respalde las nuevas investigaciones en
ecosistemas, un vocabulario común y estandarizado para los especialistas en ecología
y que fortalezca los esfuerzos en conservación, restauración y evaluación de
riesgos para salvaguardar la biodiversidad global.
El académico UC señala que la importancia de esta nueva tipología es que “es la primera vez que se desarrolla una propuesta unificada que incluya a todas las zonas del planeta. Existían clasificaciones por separado del ámbito terrestre o marino, pero nunca se había hecho una clasificación con una misma metodología que incluyera todos los ámbitos del planeta. Esto va a permitir, por primera vez, evaluar el estado de conservación y el nivel de riesgo de los ecosistemas en forma global. Esto permitirá establecer prioridades de protección a escala global”.
Esta nueva clasificación acepta la naturaleza dinámica de
los ecosistemas y su dependencia de los procesos ecológicos. Es así que el
modelo propone 5 grupos de “drivers” o impulsores ecológicos que dan forma a
los ecosistemas al actuar como filtros de ensamblaje y presiones evolutivas.
Estos son los impulsores de recursos (agua, oxígeno, nutrientes, entre otros),
ambientales (temperatura, pH, salinidad, entre otros), regímenes de
perturbación (incendios, tormentas, inundaciones, otros), interacciones
bióticas (competencia, depredación, patogenicidad, mutualismo y facilitación) y
las actividades humanas, que son una clase especial de interacción biótica que
influye en los ecosistemas a través de la apropiación de recursos, la
reestructuración física, el movimiento de la biota y el cambio climático.
Recorriendo los ecosistemas de la Tierra
La tipología presenta una clasificación distribuida en 3
niveles jerárquicos principales: en el primero se consignan 4 reinos centrales:
terrestre, aguas dulces, marino y subterráneo, más 6 reinos de transición entre
estos: marino-terrestre, subterráneo-aguas dulces, aguas dulces-marino,
marino-aguas dulces-terrestre, subterráneo-marino y terrestre-aguas dulces.
En el segundo nivel hay 25 biomas funcionales, definidos por
tener uno o más procesos de ensamblaje que soportan funciones clave del
ecosistema y procesos ecológicos. El nivel 3 define 110 grupos funcionales de
ecosistemas, (EFG por sus siglas en inglés), que son unidades clave para
realizar generalizaciones y predicciones sobre funciones, biota, riesgos y
gestión de soluciones.
A modo de ejemplo, el bosque templado lluvioso valdiviano
corresponde al reino Terrestre, o “T”, bioma T2, o de bosques y tierras
arboladas templado-boreales, y grupo funcional de ecosistema, EFG 3, selva
tropical templada fría oceánica, por lo que su clasificación sería T2.3. El
desierto de Atacama está en la nomenclatura T5.2, es decir, reino terrestre,
bioma 5, de desierto y semidesierto, y EFG 2, es decir, desiertos y
semidesiertos suculentos o espinosos.
En el caso de nuestro territorio, Patricio Pliscoff comenta
que “para el ámbito terrestre, se reconocen 6 biomas y dentro de estos, 14
grupos funcionales de ecosistemas, entre ellos se encuentran los bosques
templados y subtropicales, las estepas, los desiertos y ecosistemas polar y
alpinos. Falta aún hacer el cruce con los ecosistemas transicionales, donde se
encuentran por ejemplo los humedales costeros y clasificar los ecosistemas
marinos y dulceacuícolas. En términos de estado de conservación, los bosques
subtropicales donde se encuentra el bosque esclerófilo y el bosque maulino
costero de Chile central, son los más amenazados por la pérdida de la
vegetación natural producto del cambio de uso de suelo por actividades
productivas”.
Este gran esfuerzo de ecólogos de todo el mundo, es el
primer paso en la construcción de un sistema completo, general y estandarizado,
que además incorpora los biomas creados por el ser humano, con el propósito de
dar respuesta a la necesidad de mantener los servicios ecosistémicos que
benefician a la humanidad y conservar la biodiversidad.
En la web del proyecto pueden revisar la tipología completa y realizar búsquedas de ecosistemas específicos por áreas.